April 11th, 2022
by Kenny Cruz
by Kenny Cruz
Jesús quiere y puede hacerlo…
Por José Morales
La Biblia relata historias en las que Jesús hacía declaraciones que tenían un efecto inmediato en las personas, comunidades y que evidenciaban el poder y amor que tiene por nosotros. Ejemplo de esto es “…niña a ti te digo levántate...” (Marcos 5:41), “Ni yo te condeno; vete, y no peques más” (Juan 8:3-11) entre muchos otros. Dentro de la escena de la crucifixión, encontramos muchos elementos a los que podemos prestar atención; podemos destacar algunos rápidamente como el sufrimiento, la violencia y las personas presentes. No podemos dudar que el eje sobre el que gira la historia es Jesús, sus palabras, sufrimiento y victoria. Dentro de las 4 narraciones de la crucifixión, Lucas quien de paso es el escritor que probablemente presenta el mayor desarrollo humano de Jesús, decide incluir un intercambio de palabras entre Jesús y sus “acompañantes”. El relato dice así:
39 Y uno de los malhechores que estaban colgados le injuriaba, diciendo: Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros. 40 Respondiendo el otro, le reprendió, diciendo: ¿Ni aún temes tú a Dios, estando en la misma condenación? 41 Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas este ningún mal hizo. 42 Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino. 43 Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.
Lucas 23:39-43
Al leer esto debemos tener presente que el único inocente ante la ley de los hombres y la ley de Dios es Jesús, no hay tal cosa como un “buen mal hechor” y otro “malo”. El malhechor que pide misericordia había tenido su momento de burla, según lo relata Mateo 27:44. Incluso dentro del relato de la historia, estos malhechores no son los únicos que se burlan. El verso 39 de este mismo capítulo relata como los soldados también se unieron en la mofa, usando las palabras del “titulus” o placa de acusación, clavada en la cruz. [1] Entonces ¿Cuál es la distinción entre un malhechor y el otro? Ciertamente es que uno de ellos, el que pide misericordia, ha hallado en Jesús una fuente de esperanza para rescatarlo de la perversidad que lo llevό a burlarse del Salvador del mundo y Señor del Universo minutos antes de que su vida acabase en una cruz. La vida de este ladrón ha dado un drástico cambio de dirección, él ha reconocido la miserable condición física y espiritual en la que se encuentra. También reconoce el señorío de Jesús a pesar de que moría junto a él.
¿Cuál es mi reflexión personal respecto a este relato? Pienso, es indudable que esta lectura debe reafirmar nuestra confianza en lo que Jesús puede y quiere hacer, esto es, salvar a toda persona en cualquier momento. Quizá hay un asunto que me entristece y es que este hombre no tuvo mucho más tiempo para expresar la fe que se había generado en él.
¿Qué cambio va a generar esta evidente muestra de poder y gracia en nuestra vida? No olvidemos que…
“Todos tenemos los mismos problemas que este malhechor en la cruz, aunque no hallamos cometido los mismos pecados.” – Sugel Michelen
[1] Carson, D.A, R.T France, J.A Motyer and G.J Wenham. Nuevo Comentario Bíblico: Siglo Veintiuno. Translated by James Bartley, José Luis Martínez and Rubén O. Zorzoli. El Paso, TX: Casa Bautista de Publicaciones, 1999.
39 Y uno de los malhechores que estaban colgados le injuriaba, diciendo: Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros. 40 Respondiendo el otro, le reprendió, diciendo: ¿Ni aún temes tú a Dios, estando en la misma condenación? 41 Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas este ningún mal hizo. 42 Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino. 43 Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.
Lucas 23:39-43
Al leer esto debemos tener presente que el único inocente ante la ley de los hombres y la ley de Dios es Jesús, no hay tal cosa como un “buen mal hechor” y otro “malo”. El malhechor que pide misericordia había tenido su momento de burla, según lo relata Mateo 27:44. Incluso dentro del relato de la historia, estos malhechores no son los únicos que se burlan. El verso 39 de este mismo capítulo relata como los soldados también se unieron en la mofa, usando las palabras del “titulus” o placa de acusación, clavada en la cruz. [1] Entonces ¿Cuál es la distinción entre un malhechor y el otro? Ciertamente es que uno de ellos, el que pide misericordia, ha hallado en Jesús una fuente de esperanza para rescatarlo de la perversidad que lo llevό a burlarse del Salvador del mundo y Señor del Universo minutos antes de que su vida acabase en una cruz. La vida de este ladrón ha dado un drástico cambio de dirección, él ha reconocido la miserable condición física y espiritual en la que se encuentra. También reconoce el señorío de Jesús a pesar de que moría junto a él.
¿Cuál es mi reflexión personal respecto a este relato? Pienso, es indudable que esta lectura debe reafirmar nuestra confianza en lo que Jesús puede y quiere hacer, esto es, salvar a toda persona en cualquier momento. Quizá hay un asunto que me entristece y es que este hombre no tuvo mucho más tiempo para expresar la fe que se había generado en él.
¿Qué cambio va a generar esta evidente muestra de poder y gracia en nuestra vida? No olvidemos que…
“Todos tenemos los mismos problemas que este malhechor en la cruz, aunque no hallamos cometido los mismos pecados.” – Sugel Michelen
[1] Carson, D.A, R.T France, J.A Motyer and G.J Wenham. Nuevo Comentario Bíblico: Siglo Veintiuno. Translated by James Bartley, José Luis Martínez and Rubén O. Zorzoli. El Paso, TX: Casa Bautista de Publicaciones, 1999.
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