Consumado es...

Por Kenny Cruz

“Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu.”
S. Juan 19:30

La última palabra de Jesús en el Madero fue “consumado es”… Una de las palabras que va conectada a la anterior, pues momentos antes decía “Tengo Sed”, para que la palabra se cumpliese.

“Consumado es”… ¿que estaba siendo consumado este día? ¿Que hazaña estaba siendo realizada para tal expresión? ¡El sacrificio más grande y perfecto en la historia de esta tierra! Jesús estaba estableciendo un nuevo parlamento, un nuevo contrato, una nueva condición; desde este día en adelante los hijos de Dios ya no tenían que huir de la presencia de Dios debido a su pecado, sino que el sacrifico perfecto de Jesús extendía un puente a la presencia de Dios a través del perdón de pecados que esta brinda.

¡Consumado es! Ya no es más una cita pasada del Maestro, ya no es más una expresión de sufrimiento, ahora es la palabra de victoria de los hijos de Dios. La culpa, el sufrimiento, el dolor, que causa el pecado, Jesús lo estaba tomando en sus hombros para que a través de el pudiésemos experimentar perdón.

¡Consumado es! Los señalamientos de tu propia familia, de tus pares cristianos, de tus amistades, son puestos en la cruz. Son puestos en un lugar donde no habrá señalamiento válido que pueda dudar el sacrificio perfecto que hizo Jesús por los hijos de Dios.

La última palabra de Jesús, en condición de hombre, fue “consumado es”. Palabra que alude al cumplimiento de la promesa, al cumplimiento de un tiempo nuevo por surgir.

Hoy en tu vida, la última palabra la sigue teniendo Jesús. Independientemente del panorama, independiente de la situación, la promesa de Dios para sus hijos no está condicionada a las circunstancias sino a un amor que está dispuesto a morir en una cruz todos los días para perdonarte.

Ese amor fue tan grande que acepto el sacrificio, el lugar que nos correspondía a ti y a mi. Hoy, podríamos reflexionar en cómo cada día debemos valorizar este sacrificio en nuestras vidas.

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